Queremos regalarles Lo Mejor de Nosotros para los Jóvenes

viernes, 22 de julio de 2011

Los niños iluminados


Por Miro Miranda

Por fin Enrique Murgueitio cumplió su promesa de visitar la reserva natural Villa Maga y lo hizo dentro de un evento especial como era la gira Lo Mejor de Nosotros para los Jóvenes y la ocasión ameritaba que fuera una experiencia igual de singular, reto que los villamagos asumieron con  elementos que hicieran referencia al nombre con toques de elementos sorpresas tal como lo hacen los magos.
Sentado sobre una piedra a la entrada de Villa Maga al lado del río Bienvenido León Octavio esperó la llegada de los ilustres visitantes con los paz aportes en mano y muchos tuvieron problemas en llenar los espacios del documento porque para la parte donde había que escribir los vicios de cada uno, apenas había una rayita y éstos requerían por lo menos diez.
Una vez encaminados hacia la entrada principal inesperadamente saltó el duende del bosque a darles el saludo y a decirles a qué lugar habían llegado y a decirles que aunque quisieran devolverse ya no tenían reversa y aunque lo intentaron, en reversa llegaron y ese fue el indicador de que había llegado a un lugar que anda en contravía de Kanibbalia porque es una utopía sostenible.
Así como hacen en El Hatico que desinfectan los carros visitantes para evitar la entrada de elementos patógenos, de la misma manera había que limpiar de impurezas a aquellos visitantes olorosos a boñiga y dejarlos en olor de santidad con sahumerios como primera acción purificadora y luego bañarlos con aguas especiales en una suerte de bautizo ritual hasta garantizar la asepsia racionalista, es decir, libres de microorganismos  cartesianos que les permitieran entrar con sólidas bases ilógicas al taller preparado para ese día que era la construcción colectiva del continente con forma de vaca llamado Silvopastoralia, conformado por 22 países, uno para cada participante y quedaron tan bien desinfectados de esos microorganismos inhibidores de la creatividad que los resultados fueron maravillosos y en tan corto tiempo, valga anotar que León Octavio se demoró diez años estructurando el Bando de Villa Maga y estos hicieron sus países en 2 horas.
Fue un festival de la fantasía y del humor que es una de las categorías que más creatividad exigen. Salieron países que planteaban alternativas políticas propias de verdaderos estadistas, propuestas alternativas de desarrollo para el campo, metodologías novedosas para la producción y comercialización de carne y lácteos.
Por supuesto que estuvo  Campo y Sabor que ha sido el grupo oficial de las actividades de Cipav que ha sido su principal apoyo, presentación musical que estuvo complementada por Clarena Vergara, una “cuyabra” (nativa de Armenia) llanera, invitada para que interpretara con Adolfo Cardoso el contrapunteo llanero La hormiga arriera que hará parte del próximo disco Restauración ecológica. Clarena se cuidó mucho de nunca dar la espalda para que no la confundieran con una hormiga santandereana.

El remate de la actividad fue una danza de paz dirigido por Chamanita Dulceliana la encargada de las purificaciones en Villa Maga, que dejó a más de uno embrujado con el poder de su enigmática mirada.     
Enorme sorpresa le causó a este mirón lo que hicieron Los niños César Cardoso y Bernardo Murgueitio a quienes les correspondió compartir una isla para que la diseñaran entre los dos con sus fantasías propias de la infancia, pero haciendo alarde de una madurez insólita para sus edades,  y como es tan común en los matrimonios modernos, optaron por la separación y fueron felices haciendo lo que les dio la gana a cada uno en sus territorios.

Demostraron que la iluminación y la sabiduría no es atributo de viejos y puede llegar a cualquier edad. 

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